lunes, 24 de septiembre de 2007

Dificultad del deseo



Negro y blanco. Nunca gris.

El ser humano es tan predecible en sus reacciones…y tan extremista!

Pasa que a la gente le cuesta, en primer lugar, expresarse.

Decir lo que queremos es difícil. Muchas veces no sabemos qué es lo que nos molesta, cuales son las necesidades a satisfacer y menos de que manera lograrlo.

No sabemos demandar lo que realmente exigimos.

El tema de los deseos reales y de los caprichos.

Lo que realmente necesitamos para estar bien, comprendiendo la palabra “bien” como un estado casi neutral, en donde no falta ni sobra nada.

Necesitamos comida, agua, descanso, sexo. Lo básico.

Y con eso, debemos ser felices?

Siempre queremos más. Y mientras más queremos, mientras más complicados son nuestros deseos, más difícil es entender lo que de verdad nos pasa.

¿Qué es lo que queremos?

¿Cómo decirlo?

Blanco o negro.

Queremos todo o nada. Cuesta conformarse con el gris.

Ojala sea plomo oscuro, bien oscuro…o algo parecido al color perla.

Buscamos y no encontramos.

Y aquello, como dije anteriormente, tiene dos variables: entender lo que realmente se quiere y conformarse con lo que se puede tener.

La búsqueda incansable.

Búsqueda individual. Te invito?

Búsqueda de algo realmente valioso, o de algo tan superficial como un chocolate.

Quiero chocolate, pero, realmente.... quiero chocolate??? y qué chocolate?

¿Qué quiero?

Quiero todo.

O más fácil, no quiero nada.

Determinar la naturaleza del deseo.

El motor que nos motiva. La satisfacción que andamos buscando.




Lo que tengo, versus lo que tenía.

Lo que tengo, versus lo que puedo tener.

Lo que tengo, versus lo que los otros tienen.

Lo que no tengo, versus lo que realmente me falta.


Realmente. De verdad.

Que sirva. Que me entregue algo más que un placer temporal.

Que me calme. Que me satisfaga.

El vaso más bien lleno. O el rebalse de satisfacción?

Ahogarme en el placer.

¿Seremos sibaritas del placer temporal?

¿Seremos peces en un acuario?

Se nos racionaliza todo. De ración, de porción.

Lo que vale la pena, cuesta.










El chocolate me lo compro en la esquina.



Sahne Nuss? o un Capri?

2 comentarios:

Alejandra Yermany dijo...

en verdad...quiero helado




sushi




pizza...

Anónimo dijo...

Hola:

weno me gustó kaleta tu texto... como siempre amiga ale usted me hace reflexionar. A mi no me gusta el chocolate griss, si el negro y el blanco... pero me doy cuenta que hoy por hoy es lo que más como... quizas no sé que quiero, pq si supiera no taria comiendo este chocolate sabor mierda. Las cosas que realmente valen, cuesta... otra más para reflexionar con un caño eso si... cuando haya pensado algo te escribo again.

eso

sergy