jueves, 12 de marzo de 2009

Mi propia crisis de los 25...


Hay un momento en la vida en que se precipitan las cosas.
Al menos así me pasó a mí.
Mi rutina cuando vivía con mis viejos era la siguiente: despertar, ducharme, vestirme, agarrar mis cosas de u, subirme al auto para que me dejaran en el metro, del metro a la u, de la u al metro, a mi casa, almuerzo y a mi cama...siesta...computador....teleseries...once...más televisión, chao buenas noches y fin.
Nadie me obligó a cambiar esa simple rutina por esta vida, la de los 25 años.
Me arranqué y me alegro de eso, pero uno cuando es tan floja y mimada no logra entender todo lo que se viene encima.
Me queda un año de carrera aún porque me farrié 3 años (ok, ok...no fueron en vano, pero son tres años!!!!!) Tengo que terminar la carrera, tener buenas notas para mantener mi beca de diplomado, que después se convertirá en magíster y durará dos años más....Tengo que buscar pega, mantener una pega e incluso ojalá dos...tengo que decir que si a todas las oportunidades que pueda con tal de ganar unas lukas de más....porque claro...me gusta el sushi, las pizzas, los carretes con destilados y las salidas a la playa...
Tengo que estudiar, cosa que nunca antes habia hecho!!!!!! Leer y leer...y luego cocinar, ocupar bien mis mañanas, hacer el aseo, pagar cuentas, lavar ropa, hacer mis pegas, escribir, reportear, entender y hacer.
Porque ahora la vida se autogestiona. Naide hace nada por tí. Mi viejo me paga el celular y la universidad. Sí, se lo agradezco. Pero nada más.
Mi pololo vive entre letras, libros y sueños...y con eso pagamos arriendo y gastos.
Pero claro, a los cuicos nos gusta el pan con jamón y queso y la coca cola ojalá todos los días. Tenemos nuestras manías de niñitos abc1, pero menos mal que no somos cómodos. Tenemos bicicletas. La mia rosada, la de él, amarrada, porque se le perdió la llave de la cadena...
Así pasan días y semanas. Así ha pasado casi un año de vida independiente.
Cuesta, pero se puede. Pero cuesta.
Pero se puede.